Por Gabriel Mariotto
Cuando Megafón en su tercera y última comprobación empírica, vuelve de la cancha acompañado por su Suegra y su compañera Patricia Bell, en el caserón de Flores comienza a planear sus dos batallas. Una y otra contemporáneas, una y otra entremezcladas en su dependencia, ya que no se podrá ser victorioso en una si se resulta derrotado en la otra.
En estos días, como cantara Silvio Rodríguez, cada militante debe convertirse en un Megafón combatiente de las dos batallas que tenemos por delante. Porque se presenta ante nosotros la batalla terrestre de las elecciones de Octubre y, al mismo tiempo, por estos días habremos de vivir la batalla celeste que representa la defensa de un viejo sueño convertido en Ley. Nuestro Gobierno es un maestro en convertir las viejas pesadillas en sueños nuevos y los sueños nuevos en leyes efectivas. Así fue como a la pesadilla de las AFJP, la soñamos de vuelta en manos del Pueblo trabajador y a través de la Ley recuperamos efectivamente esos millonarios recursos que pasaron de manos de la especulación a manos de un Estado que puso esos recursos a favor de todos los argentinos. Así fue como recuperamos nuestra línea de bandera, y la pesadilla de tantos trabajadores aeronáuticos se reconvirtió en el sueño de los padres de nuestra aviación civil, para por Ley recuperar el azul y blanco no sólo en sus fuselajes sino en su sentido principal conectando a la Argentina toda. Así YPF, vaciada en su economía y en su razón de ser, ha vuelto a ser el sueño de la “entraña petrolera” de Jaime Dávalos y por esas manos levantadas desde las bancas compañeras hoy nuestra empresa petrolera vuelve a estar al servicio de la Patria y de su Pueblo.
Entonces este tiempo es de batallar, es el de recorrer puerta por puerta los barrios de nuestros Pueblos y Ciudades, es el de convencer a los que dudan, quitarle argumentos a los que proponen otros rumbos, no dejar ningún foro sin la palabra defensora de nuestro trabajo y nuestras convicciones. Cada banca que se juega en estas Elecciones es un puesto de lucha para seguir votando leyes a favor de la Patria y el Pueblo. Cada Diputado nacional o provincial, cada Legislador municipal que llevemos a las Legislaturas resultará la garantía para continuar transformando esta Patria, que hace apenas unos años, 10 nomás, parecía hundirse para siempre. No hay que perder ni una banca y si ganamos algunas más, mejor. Necesitamos batallar en la tierra para triunfar en el cielo de los sueños.
Por estos días también se decide la suerte de un sueño que hecho Ley aún no ha podido ponerse en marcha en toda su dimensión. Vuelvo a Marechal cuando harto del destrato y el ninguneo de la cultura oficial le escribía a su amigo Arturo Jauretche “hasta cuándo mis compatriotas me seguirán meando en la cabeza.” Eran tiempos de Medios exclusivos y excluyentes. Esos que aún en tiempos más lejanos dirían del Martín Fierro del grandioso José Hernández que no era más que un poema gauchesco sin demasiado valor literario. La Ley de Medios no viene a cerrar la boca de nadie, por experiencia propia no queremos que nadie padezca lo que padecimos, sólo quiere que todas las bocas tengan un lugar donde decir lo suyo. Sólo queremos cancha y en ella se verán los pingos. Entonces compañeros, nada de aflojadas, es tiempo de militar, de salir a enamorar a cada vecino, a cada compañero de trabajo o estudio. Tenemos dos batallas por delante: no le fallemos ni a Don Leopoldo Marechal ni la Patria.
Escrito para Aluvión Popular en el Proyecto Nacional