Por Santiago Carreras
El cielo sabe. Un día como hoy, tan gris o peor, pero de 1955, mediante un golpe de estado se interrumpía el proceso democrático en nuestro país.
Se ponía freno a la revolución, se comenzaba a perpetrar el peor de los crímenes contra el pueblo argentino: fusilarnos hasta el silencio. No querían ni que lo nombremos. Comenzaba así también la resistencia a la Fusiladora, a la proscripción. Empezaba a organizarse la comunidad, para hacer escuchar bien fuerte su grito…
Quiso el capricho de calendario que otro 16 de septiembre sufriéramos nuevamente. Esta vez la dictadura cívico-militar de 1976 se llevó a jóvenes brillantes, militantes políticos y comprometidos para torturarlos y hacerlos desaparecer.
De días grises está hecha la historia, de gotas que nos caen hasta penetrarnos el alma pero sin ahogar nuestra memoria. Hoy recordamos para no repetir. Hoy gritamos fuerte viva Perón y lo hacemos con alegría. Hoy nuestros mártires de La Noche de los Lápices son bandera de una militancia organizada, comprometida, formada y convencida que solo en un proyecto nacional e inclusivo lograremos alcanzar la justicia social en nuestra Patria. Hoy llueve, como si el cielo supiese que todavía nos duele. Pero no podrán detener tanto fuego.